sábado, 2 de mayo de 2009

MARX vuelve….. y será billones Pronunciamiento No. 47

18-11-08
Empezando por los más destacados ideólogos del neoliberalismo, la globalización, el capitalismo y el imperialismo, frente a la profunda y definitiva crisis del capital-imperialismo, a la que han conducido las contradicciones internas del sistema; no tienen otra alternativa que reconocer la “Vuelta de Marx”.

Observando el panorama mundial vemos cómo han crecido y desarrollado los procesos francamente revolucionarios latinoamericanos, tercermundistas y mundiales. Ya avizoramos en lontananza la total destrucción del enemigo número uno de los pueblos del mundo: el imperialismo norteamericano, algo que hace apenas una década atrás parecía imposible.

En consecuencia, preguntamos a los agoreros del fin de la historia, el fin de la revolución y el triunfo definitivo del capitalismo: ¿dónde han quedado sus predicciones apocalípticas?

Las más diversas teorías siguieron en fila a la conclusión a la que llegó Fukuyama cuando predijo la muerte del marxismo y el fin de la historia en favor del capitalismo. Siguieron los Bourdieu, los Touraine, los Huntington, los Laclau, los Elster, los Hardt, los Dussel y finalmente los Negri; aquellos autores cuyas teorías lamentablemente tienen su influencia decisiva en las altas esferas de la conducción política del país.

La más importante de aquellas teorías es la llamada del “Imperio virtual” que propugna la tesis de “la obsolescencia de las cuestiones territoriales a favor de lo virtual, simbólico e inmaterial, el irreversible desplazamiento de las antiguas soberanías fincadas en los arcaicos estados nacionales territoriales hacia un vaporoso espacio presuntamente supranacional, lugar donde se constituiría una nueva soberanía imperial despojada de cualquier vestigio estatal nacional y, por tanto, de cualquier referencia territorial o geográfica. En segundo lugar, la progresiva desaparición de un centro, territorialmente situado, que “organice” la estructura internacional de dominación y, por ende, el desvanecimiento de la distinción entre centro y periferia.” (*)

La emergencia de una nueva etapa en la que ha desaparecido el imperialismo como expansión territorial y económica agresiva ha sustituido, según nuestros autores, al imperialismo que se ha volatilizado, todo esto en flagrante contradicción con los hechos brutales de la invasión territorial y geográfica de un centro imperial muy preciso ubicado en los Estados Unidos y concretamente en el Pentágono y la Departamento de Estado norteamericanos y que se desplegaba en esos tiempos sobre Irak y Afganistán.

Junto a la teoría del Imperialismo virtual, cara al ideólogo Raúl Prada, tenemos la “teoría de las multitudes” (cara a nuestro vice), como expresión postmoderna de las tendencias eclécticas que han dado como superada la teoría del Partido revolucionario como sujeto de las transformaciones estructurales y revolucionarios del capitalismo. Tesis ambas que chocan con la más elemental lógica política como lo ha demostrado magistralmente el argentino Atilio Borón en su “Imperialismo e Imperio”.

Como sabemos estas tesis provienen de los intelectuales derechizados arrepentidos (antes izquierdistas) Tony Negri y Michael Hardt, invitados de honor de nuestra vicepresidencia. Estos representantes de la justificación de las atrocidades mayúsculas del Imperialismo norteamericano influyen decisivamente en los ámbitos falsamente intelectualizados de nuestro país y América Latina, en las conferencias y debates bizantinos de los “intelectuales” que fueron siempre ridiculizados por personalidades anti-intelectualizadas del calibre de Jean Paul Sastre y del escritor latinoamericano Eduardo Galeano.

Fueron estas teorías las que influyeron decisivamente en los “intelectuales” bolivianos
tan propensos a la moda ideológica que cautiva totalmente la mente de nuestros políticos, los mismos que hoy ocupan cargos altos en el Gobierno y los que hace un tiempo atrás calificaban agresivamente al marxismo como un producto ante-diluviano y a los marxistas como dinosaurios nacidos en un parque jurásico; han demostrado, por contrario imperio, lo que siempre sostuvimos los marxistas: que la derrota histórica de la Segunda Oleada Revolucionaria (SOR) del siglo XX, sería superada en el siglo XXI, por la Tercera Oleada Revolucionaria (TOR) que derrotará indefectiblemente no solamente al Imperialismo sino al mismo Modo de Producción Capitalista (MPC).



El proceso de cambios que vivimos en Bolivia, ha tenido, a partir de la aprobación de la convocatoria al referéndum constitucional, un quiebre que podríamos llamarlo de “bloqueo jurídico” que si bien tiene poco que ver con la correlación de fuerzas ampliamente favorable al proceso y al propio gobierno, no deja de tener importancia política para el futuro inmediato de las luchas sociales.

La explicación ideológica de las importantes concesiones que se dieron en favor de los postulados jurídicos de la derecha por parte de la Comisión Concertadora del Parlamento, se encuentra efectivamente en todas y cada una de aquellas teorías post-capitalistas a las que nos hemos referido y a las que adhieren irreflexivamente nuestros intelectuales que circundan los círculos del poder en Bolivia, en clara contradicción antagónica con la posición revolucionaria del presidente Morales, reiterada en su s últimas presentaciones en las Naciones Unidas y la Organización de Estados americanos.

Lo importante, para el caso boliviano nuestro, es que una vez derrotados los ideólogos derechistas, sus teorías absurdas, e incluso su último golpe de Estado, se trata de volver por los cauces correctos y revolucionarios del marxismo vivo y su expresión actual en los diversos procesos que se dan en el mundo.

Aprovechando y teniendo en cuenta, la enorme correlación de fuerzas favorable al cambio como resultado de la derrota política de la derecha, no corresponde una política conciliadora y concesionista que lo único que consigue es difundir la confusión y una especie de tregua social que puede volver a dar vida a una rearticulación de la derecha que hoy aparece totalmente derrotada, pidiendo perdón, dispersa y desmoralizada.

Por el contrario, lo que corresponde es una profundización, una radicalización del proceso que desbordando las limitaciones que impusieron los adoradores de las “multitudes” amorfas, se vuelva a las concepciones revolucionarias que integren en un amplio frente a las naciones originarias, movimientos, sindicatos, organizaciones y partidos revolucionarios para garantizar la continuidad del proceso y convertirlo en revolucionario.


¡¡Marx, a la cabeza de los proletarios y las naciones oprimidas del mundo, vuelve ……….y será billones!!


(*) Borón, Atilio. “Imperio e imperialismo”. (Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri). Premio Extraordinario de Ensayo 2004. “Casa de las Américas”. Pàg. 12.


Jorge Echazu Alvarado.
PC mlm.
Echazu.jorge@gmail.com
http://www.liberacion.web.bo/

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