viernes, 15 de mayo de 2009

ELECCIONES, TERRORISMO Y CORRUPCION Pronunciamiento No. 68

11-05-09

1. Las elecciones nacionales de diciembre de 2009.
Posición del PCmlm sobre la política eleccionaria.


Nuestro partido marxista, leninista y maoísta ha sido y seguirá siendo enemigo del electoralismo reformista y revisionista. Durante toda nuestra existencia política renovada, después de la derrota completa de la traición “motetista”, hemos planteado siempre la abstención activa contra todas y cada una de las elecciones fraudulentas que manipulaba la derecha boliviana en todas sus modalidades. Las elecciones montadas fraudulentamente por el MNR durante los largos años de su hegemonía, las elecciones manipuladas por el militarismo y finalmente aquellas que trataba de legalizar la “izquierda” reformista, fueron siempre repudiadas por nuestro Partido.

Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente a partir del año 2005, cuando se abrió la posibilidad de la participación activa en eventos electorales de vastos sectores campesinos que habían estado siempre ausentes de esas campañas. La habilitación de miles y miles de campesinos que encontraron en el c. Evo Morales su auténtico representante en el gobierno determinó ese cambio al cual hacemos referencia.

En estas circunstancias, los marxistas-leninistas decidimos dar nuestro apoyo decidido e incondicional a esas determinaciones de los sectores más excluidos y marginados que tienen ahora la posibilidad de abrir y nuevo derrotero en las luchas sociales del país.

No es una novedad que a partir de esa participación activa de los sectores campesinos más excluidos se logró un cambio profundo en las cumbres del poder político del cual fueron echados vastos sectores reaccionarios. Era pues nuestra obligación incidir en la ampliación de esa brecha que significa el actual proceso de cambio y solamente es posible semejante política a través de nuestra participación en el próximo proceso electoral para posibilitar la continuación del proceso de cambios.

Lo contrario, es decir dejar de participar o peor aún organizar listas y candidaturas “independientes” divisionistas, solamente sería echar aguas a los molinos de la derecha reaccionaria que ha perdido uno de sus recursos más efectivos: las elecciones fraudulentas y manipuladas desde siempre.

Por lo anotado, aclaramos que nuestra posición marxista-leninista en cuanto a los métodos revolucionarias de conquista del poder político, no ha cambiado en absoluto y declaramos que esos métodos han tenido, tienen y tendrán siempre vigencia plena cuando la derecha reaccionaria desesperada se lance a la reconquista de sus privilegios y del poder político por las vías del complot subversivo o la secesión de la Patria.



2. El terrorismo es en realidad la continuación del complot reaccionario-fascista de los derechistas.

En cuanto al llamado terrorismo, nosotros consideramos que la preparación y organización de grupos fascistas de acción militar por parte de la derecha fascista sobre todo cruceña, es la simple y llana continuación de todos sus afanes desestabilizadores, separatistas y reaccionarios destinados a bloquear el proceso de cambio o finalmente derrocar al gobierno de Evo Morales.

El terrorismo que efectivamente existe y que pretende ser minimizado por los medios de comunicación privados que se han constituido en defensores gratuitos de los mercenarios, es uno de los expedientes que se están usando para preparar el ambiente propicio que sirva para una declaración de “independencia” de Santa Cruz.

En el año 2008, se intento una asonada nacional a partir de la toma violenta de las instituciones del Estado en toda la llamada “media luna”, conjura que continuó con la masacre infame del Porvenir en Pando.

Fracasadas todas las maniobras antinacionales y antipopulares, la derecha comenzó a implementar maniobras que son conocidas en todo el mundo para oponerse a los cambios que llevan adelante los pueblos: se trata de organizar grupos y células terroristas con mercenarios y esbirros bien entrenados que tienen la misión de sembrar la anarquía, el caos y la incertidumbre para procurar desestabilizar gobiernos progresistas y revolucionarios.

Es esa, precisamente, la situación actual en nuestro país. Todos estos afanes atrabiliarios y nefastos de la derecha senil de Bolivia, tienen el respaldo incondicional de una prensa completamente volcada a minimizar los hechos y presentarlos como “shows” inventados o montados por el gobierno.

En el caso del “rambo” Rozsa Flores, no cabe la menor duda de sus intensiones, de sus objetivos y de su patrocinio a cargo de los representantes de la derecha en Santa Cruz. Un grupo mercenario de esas características debe, pues, tener el auspicio de “bases de apoyo” locales que en efecto existen en Santa Cruz. Estamos seguros que cuando las investigaciones lleguen a conclusiones más claras y definitivas se podrá probar hasta qué punto existe en Bolivia un criminal complot para dividir y secesionar la Patria.

De modo que la acción del gobierno, por una parte y de la justicia a través del Ministerio Público por otra, no puede ser más correcta y pertinente. Se debe localizar y aniquilar sin contemplaciones a cuanto grupo armado subversivo y fascista se presente en el país. Se debe identificar claramente a los financiadotes de estos grupos para aplicarles el máximo rigor de la Ley. Se debe conseguir la unidad férrea de todos los bolivianos en esta lucha de vida o muerte de continuación y consolidación del proceso de cambio.



3. La corrupción como “virtud” esencial del capitalismo.

La corrupción en las sociedades del capitalismo central y periférico es una de las más “altas virtudes” del Modo de Producción Capitalista. La corrupción nace casi naturalmente en las formaciones sociales que han hecho del enriquecimiento a toda costa una necesidad del ascenso social en nuestras sociedades.

Existe, como se sabe un adagio muy conocido que es la esencia misma del capitalismo:

«El máximo beneficio, con el menor esfuerzo»

Siguiendo este cínico adagio, los capitalistas, pero también la gente común que vive en el capitalismo (esto es decir, todos nosotros), tendemos irremisiblemente a buscar la posibilidad de huir de la pobreza, de la necesidad y de la miseria a cualquier costo. Como en nuestras sociedades lo peor que puede sucederle a una persona es perder el trabajo, entonces cuando se logra, por cualquier medio una ubicación expectable, aparece inevitablemente el peligro de la corrupción a través del apoderamiento de recursos públicos para asegurarse la vida entera y la de sus descendientes.

Según la moral del capitalismo, la gente, las personas tienen más prestigio en la medida que tienen mayores riquezas y, por el contrario, los que carecen de ella, es decir los pobres no significan nada e incluso pueden llegar a la indigencia.

La corrupción, por lo mismo, siendo como es, intrínsecamente una “virtud” del capitalismo, no puede desaparecer de la noche a la mañana en un proceso de cambio como el que vivimos actualmente en Bolivia. La corrupción actual es una herencia lamentable de los años, las décadas e incluso las centurias de domino oligárquico en el país. Nació con la Colonia y sus encomenderos corruptos, siguió con los criollos que consideraban su hacienda las tierras americanas. Con la llegada de la República, fueron los hacendados y los mineros azogueros los que esquilmaron el trabajo de nuestros humildes campesinos. Sin embargo serían el militarismo fascista y finalmente el neoliberalismo cavernario los que llevarían la corrupción a su máximo desarrollo.

Es cierto y evidente que las secuelas profundas de esos períodos de corrupción generalizada e institucionalizada han llegado al proceso de cambio causándole un daño muy grave. El remedio no puede ser otro que una campaña implacable contra los actuales corruptos cuyos delitos son aún más graves que los anteriores porque comprometen el destino y el futuro de un proceso que no es patrimonio de un Partido ni de un movimiento, sino de las masas oprimidas y explotadas por siglos que se han levantado y no permitirán que un puñado de corruptos malogre el esfuerzo histórico y revolucionario de todos los pueblos bolivianos.

Jorge Echazu Alvarado.
PCmlm.

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