sábado, 30 de mayo de 2009

BICENTENARIO Y ANIVERSARIO Pronunciamiento 70

27-05-09
Este 25 de mayo de 2009, ha encontrado a los chuquisaqueños y sucrenses festejando las dos centurias del histórico pronunciamiento del 25 de mayo de 1809, cuando los doctores revolucionarios de Charcas, a la cabeza de personalidades destacadas como Jaime Zudañez, Manuel Zudañez, Bernardo Monteagudo y otros, protagonizaron una verdadera epopeya independentista que tuvo repercusiones en toda la América entonces sojuzgada por el colonialismo español.

No se puede desconocer la importancia histórica del pronunciamiento que se lo ha calificado como el primer “grito” liberador de América Latina porque fue lanzado por un puñado de intelectuales influidos sobre todo por la Revolución Francesa y el iluminismo. El pronunciamiento tuvo la virtud de encender el espíritu anti-colonial que fermentaba en todas las clases sociales del Alto Perú.

Junto a los doctores revolucionarios actuaron también otros “doctores doble caras” que hasta entonces habían servido a la causa realista y se plegaron a última hora a la rebelión independentista. Es evidente, por otra parte, que fueron precisamente los indígenas de todo el Alto Perú, los que con sus heroicos levantamientos precedieron al pronunciamiento de Mayo. Los indígenas de Chayanta encabezados por los hermanos Katari, así como los originarios aymaras de Tupak Katari protagonizaron sendas y victoriosas insurrecciones que hicieron tambalear la dominación realista.

Hasta ahora, durante toda la república oligárquica, los festejos y las conmemoraciones de mayo en Chuquisaca y de julio en La Paz, destacaban únicamente la actuación de mestizos y criollos, dejando la importantísima participación indígena en el olvido total.

Hoy en el siglo XXI y cuando vivimos un proceso de amplia participación indígena y campesina, corresponde saldar cuentas con la historia colocando junto a los doctores y a las mujeres, cuya epónima representante es la gloriosa guerrillera doña Juana Azurduy, a los indígenas que constituyeron la fuerza militar principal de toda la guerra de independencia.

Por ahí escuchamos voces destempladas que se quejan porque el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, enalteció, como corresponde, la intervención de las masas indígenas y campesinas en esa lucha desigual y sacrificada. Se dice que “solamente” se recordó a los campesinos. Debió decirse que por primera vez se puso las cosas en orden destacándose esa participación sin la cual hubiera sido imposible la independencia de Bolivia.

Sin embargo, como una comprobación de que la presencia campesina fue siempre disminuida, también se recuerda en este mayo-09, como una indeleble mancha negra, el primer aniversario del atropello infame sufrido por los campesinos de Chuquisaca, los herederos de “Los Leales” de doña Juana, que un 24 de mayo de 2008, sufrieron la afrenta más escandalosa que registra la historia de Bolivia.

¡¡Qué infamia más grande la que cometieron los herederos de Olañeta, los herederos de aquellos que expulsaron al Mariscal de Ayacucho de Sucre, hiriéndole con un balazo en el brazo, los mismos que haciendo gala de un racismo extraño porque proviene de indios que desprecian a indios, no trepidaron en golpear, humillar, desnudar, hacer besar el suelo, quemar la whipala y otros desmanes semejantes!!

Como una gran reivindicación y como una profunda repulsa al racismo de esa miserable “oligarquía” mental que anida en Sucre, el día 24-05-09, una poderosa manifestación originaria, campesina y obrera hizo su paso victorioso por la mismísima plaza 25 de Mayo, hasta ahora territorio conquistado por la reacción derechista y fascista.


Jorge Echazu Alvarado.
PCmlm.

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