07-09-10
Comentario Internacional No. 21.
El Estado boliviano, en legítimo ejercicio de su soberanía e independencia nacionales, ha acordado establecer relaciones diplomáticas plenas con la República Islámica de IRAN, dirigida actualmente por el presidente Amed Ajmadineyab, cuyo embajador plenipotenciario acaba de entregar sus cartas credenciales al presidente Morales.
Con motivo de esa acción dignamente soberana, los epígonos de la derecha cavernaria de Bolivia han echado el grito al cielo y se han rasgado las vestiduras, “condenando” la medida del Gobierno de relacionarse con un “país que no respeta los derechos humanos y que está dirigida por un régimen dictatorial”.
La incoherencia lógica y hasta ridícula de los opositores es tan grande que no se les pasa por la cabeza que si se trata verdaderamente de defender la democracia, la libertad y la justicia internacionales, lo primero que debería hacer Bolivia en el plano internacional es romper totalmente las relaciones con el país que viola cada día, cada minuto y cada segundo los principios más elementales de toda convivencia pacífica entre los Estados, ese país no cabe la menor dura son los Estados Unidos de Norteamérica que, muy lejos de respetar los principios del Derecho Internacional y las nociones elementales de la democracia, violan del modo más escandaloso todo lo que se considera como democrático, justo y liberador.
Estados Unidos, es el más agresivo, invasor fascista del mundo actual, empero de sus crímenes genocidas (Irak, Afganistán, Pakistán, Palestina, Gaza, etc.), que se muestran cada día en la misma prensa televisiva, radial y escrita vendida, no se comenta y ni siquiera se los siquiera menciona por parte de los sirvientes mediáticos miserables del imperialismo: el rebaño de periodistas improvisados y parlamentarios de casualidad que, como cíclopes de la Odisea, no tiene sino un ojo para condenar y para elogiar.
De este modo, los exponentes de la hipocresía en Bolivia, los periodistas y parlamentarios de la derecha primitiva, siguen al pie de la letra los dictámenes de Washington de calificar a los gobiernos del mundo, según su gusto y antojo. Así se considera de componentes del “eje del mal” a los gobiernos progresistas y revolucionarios como Irán, Venezuela, Korea del Norte, Siria, Cuba, Zimbabwe, Biolorusia etc.
Bolivia, pues, ya lo dijimos una y mil veces, hace muy bien en rechazar toda injerencia en sus asuntos internos de derecho internacional y reforzar lo más que se pueda sus (nuestras) relaciones con esos países que actualmente están defendiendo la dignidad de la humanidad frente a esa bestia apocalíptica que es el Imperialismo Yanqui.
Los marxistas aplaudimos al gobierno por su correcta y digna política internacional que desafía valientemente los diktats del imperio maldito.
Del mismo modo Bolivia debe, urgentemente, establecer o estrechar relaciones diplomáticas plenas con la República Democrático-Popular de Korea, con la República Democrática Federal de Nepal, con la República de Zimbabwe, para conformar, de una vez por todas el “Eje Mundial de la Liberación del imperialismo”.
PCmlm.
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