Pronunciamiento Político No. 132
Desde hace mucho tiempo hemos venido insistiendo en la consideración de lo que son los famosos “Comités Cívicos” y sus atribuciones en las problemáticas nacionales y departamentales. Ahora, con motivo de los dramáticos acontecimientos de Potosí, vemos con asombro que siempre son los “Comités” los que promueven enormes convulsiones sociales en las diversas regiones del país con “reivindicaciones” inventadas (imposible atenderlas) o reivindicaciones reales que pueden ser resueltas con las mesas de diálogo con el Gobierno.
Preguntamos: ¿A quién representan esos comités cívicos?
Esta pregunta tiene carácter jurídico, estos comités son reuniones arbitrarias de representantes de instituciones de todo tipo que no responden a la legitimidad social o política. Frente a los Comités se encuentran las autoridades legalmente constituidas como son los gobernadores, los alcaldes que, sorpresivamente, son sustituidas absolutamente por los Comités.
Primero. Los Comités Cívicos de Santa Cruz provocaron las asonadas criminales del año 2008 con las consecuencias que conocemos. Los comités interinstitucionales de Sucre provocaron los hechos vergonzosos del 24 de mayo de 2008, los comités cívicos de Pando fueron los acusantes de los luctuosos hechos de Porvenir y ahora el Comité Cívico de Potosí levanta a todo el pueblo con un criminal bloqueo a la población.
Otra pregunta, sin embargo y al mismo tiempo, ¿cómo es posible que un organismo que no ha sido elegido por el pueblo, pueda movilizar a la mayoría absoluta de una región o departamento?
Segundo. La respuesta la encontramos en la utilización demagógica de verdaderas reivindicaciones regionales o departamentales que provienen del pasado lejano y que jamás fueron atendidas por los gobiernos de turno de las oligarquías. Los “comités” levantan esas viejas reivindicaciones regionalistas y consiguen fácilmente reunir a toda la población regional o departamental y desconocer a los enemigos fundamentales y confundirlos con cualquier otro tipo de autoridades.
De este modo, las verdaderas contradicciones de clase son absolutamente oscurecidas y saltan con una virulencia inusitada las “contradicciones” regionales. Otra vez nos preguntamos:
¿Cuál puede ser la contradicción real entre Potosí y Oruro? Pues, respondemos: ¡¡NINGUNA!!
Y mucho mejor, ¿Cuál puede ser la contradicción entre los campesinos de Quillacas y los de Coroma? Desde luego que ninguna, muy por el contrario, como integrantes de una nación originaria oprimida no puede menos que existir plena solidaridad.
Empero ladinamente, esta famosa reivindicación de territorio que viene a confundirse otra vez con la existencia de riquezas naturales en esos sectores, se dirige contra el gobierno, cuando es muy claro que todos los recursos naturales no renovables pertenecen al Estado boliviano.
Es evidente que la región o el departamento que tiene en su territorio riquezas naturales no renovables, recibirá mayores beneficios económicos por su explotación (Regalías), de conformidad con la Constitución Política del Estado.
Ahora bien, si esos recursos se encuentran en regiones fronterizas, serán pues los dos departamentos que recibirán en la proporción que corresponde los beneficios o recursos. No se puede, pues, resolver el asunto mediante una confrontación entre Oruro y Potosí.
PCmlm.
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