miércoles, 12 de mayo de 2010

“...desviaciones en su ser como hombres”

Hans Zandvliet*

Parece que todo el mundo supuso que Evo Morales estaba atacando a los gays al cierre de la Conferencia Mundial de los Pueblos en Cochabamba, cuando dijo: “El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres.” Pero Evo nunca mencionó los gays. Además, es un hecho probado que la fertilidad de los hombres en Dinamarca y otros países desarrollados está decreciendo de manera alarmante. Existen muchas sospechas que la disminuyendo fertilidad de los hombres tiene que ver con el uso de las hormonas en la ganadería y avicultura industrial.


La Conferencia de Copenhague sobre el cambio del clima fracasó el diciembre pasado y provocó la organización de la Conferencia Mundial de los Pueblos en Cochabamba. Probablemente fue a través de los movimientos medioambientales que rodearon la Conferencia de Copenhague, que Evo Morales fue puesto en contacto con la grave preocupación sobre el decrecimiento de la fertilidad de los hombres en Dinamarca. En el contexto medioambiental de la conferencia, el comentario de Evo no fue nada extraño, aunque lo expresaba de manera bastante confusa y torpe. Pero no es hora para discutir y pelear entre nosotros. En vez de descalificar al Presidente por unas palabras mal formuladas, es hora para contemplar los temas preocupantes de la contaminación bioquímica de nuestro medioambiente y de nuestra comida.

Infertilidad

Según un estudio médico (Tina Kold Jensen y otros, 2002)1 el 21% de los hombres daneses tenían menos que 20 millones de espermatozoides por mililitro de semen, lo que está por debajo del límite de fertilidad de la OMS (Organización Mundial de Salud). El mismo estudio estableció también que el 43% de los mismos tenían menos que 40 millones de espermatozoides, lo que está por debajo de otro límite de fertilidad reducida. El estudio fue realizado en base a un grupo representativo de 708 hombres entre 18 y 20 años de edad en las ciudades danesas de Copenhague y Aalburgo. Aunque todavía no existen las pruebas decisivas, están creciendo las sospechas que las hormonas u otros bioquímicos usados en la agroindustria tienen que ver con las “desviaciones en su ser como hombres.”[1]

Oligoelementos

Aunque no somos muy conscientes del tema, vivimos en un mundo cada vez más contaminado por los oligoelementos químicos y bioquímicos. Oligoelementos son elementos que se encuentra en cantidades diminutas (menos que 0.1%). Los oligoelementos rodean nuestra vida cotidiana y están por todas partes: en el agua, el aire, la tierra y en nuestra comida. La diversidad de los oligoelementos químicos y bioquímicos es enorme: disolventes de pinturas, pegamentos y plásticos; metales pesados de la minería y de la industria; medicinas bioquímicas; colorantes, saborizantes y aromatizantes bioquímicos en la comida de la agroindustria; agroquímicos como pesticidas, antibióticos y hormonas.

Muchos oligoelementos químicos y bioquímicos casi no se descomponen y pueden acumularse en nuestro cuerpo. Por ejemplo, los oligoelementos químicos y bioquímicos persistentes entran en los ríos por las aguas residuales de la industria y la agroindustria. Luego se acumulan en el cuerpo de los peces y cuando comemos esos pescados se acumulan en nuestros cuerpos humanos. Es una contaminación química y bioquímica omnipresente.

La mayoría de los oligoelementos químicos son ajenos a nuestros cuerpos naturales y generalmente son tóxicos o pueden provocar cáncer. Pero los oligoelementos bioquímicos generalmente tienen una semejanza con substancias naturales de nuestro cuerpo. Así pueden entrar en él de manera, digamos, disfrazada y pueden romper2[2] nuestro equilibrio natural de salud.

Hormonas

Las glándulas de cada animal (y de nosotros humanos también) producen cantidades diminutas de hormonas y las emiten en nuestra sangre para regular muchas funciones de nuestro cuerpo. Las funciones de crecimiento y desarrollo de los niños, tal como las funciones de reproductividad sexual de los adultos y muchas cosas más (como la digestión, el metabolismo y el sistema inmunológico). Las hormonas funcionan como los mensajeros a través de la sangre para mandar instrucciones a todos los órganos y músculos de nuestro cuerpo. Por las cantidades diminutas de las hormonas naturales de nuestro cuerpo, es comprensible que su funcionamiento es bastante delicado.

Porque las hormonas regulan el crecimiento corporal, los ganaderos de los EE.UU. empezaron a usar las hormonas sintéticas (es decir, producidas en fábricas bioquímicas) a partir de los años 1950, para hacer crecer más rápido a su ganado. Otras hormonas aumentan el rendimiento de leche de una vaca. Así se puede ganar más plata en menos tiempo, lo que es muy favorable desde el punto de vista capitalista.

Sin embargo, desde el punto de vista de nuestra Madre Tierra y de nuestra salud, existen muchos riesgos. El conocimiento de los efectos de las hormonas administradas al ganado en el cuerpo humano es incompleto todavía.

Las hormonas administradas al ganado, posteriormente se encuentran en la carne y finalmente en el cuerpo humano. Las interacciones hormonales son extremadamente complicadas y los médicos todavía no comprenden todos los funcionamientos, menos aún los efectos secundarios y medioambientales.

Por ejemplo, a partir de los años 1950 se empezó a usar la hormona DES (Di‐ethyl‐stilbestrol, un tipo de estrógeno[3] sintético) para hacer engordar a los pollos en los EE.UU. y fueron usadas como medicina para las mujeres también. Dos décadas después se descubrió que el DES provoca cáncer en la vagina de las hijas de las madres que antes tomaron el DES. A finales de los años 1970 el DES fue prohibido en los EE.UU. Otro ejemplo. Al inicio de los años 1980 en Puerto Rico hubo un incremento sospechoso de casos de niñas entrando en la pubertad (primera menstruación y desarrollo de pechos) ya antes de cumplir 8 años. La sospecha se enfocó en la carne importada de los EE.UU. Aunque examinaron la carne y no encontraron la causa, sigue la sospecha. Tercer ejemplo.

Existe la sospecha de que los estrógenos permitidos en los EE.UU. pueden provocar cáncer de pecho si las mujeres los ingieren diariamente durante muchos años[4].

“¡Sospechas, sospechas no más!”, nos dicen los partidarios de las hormonas agroindustriales. El FDA (Departamento de Control de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU.) determinó una lista de hormonas seguras y autorizó el uso de las mismas en la agroindustria, entonces parece todo bien controlado. Sin embargo, desde 1989 hasta la fecha la Unión Europea prohibió totalmente el uso de todas las hormonas esteroides en la agroindustria.

Antibióticos

Los antibióticos forman aún otro peligro que está al acecho. Por el uso excesivo de los antibióticos en la ganadería y avicultura industrial la llamada bacteria ESBL se volvió resistente a esos antibióticos. Cuando esas bacterias resistentes infectan a los humanos, casi no quedan antibióticas para curar estos pacientes. Aunque normalmente no es una bacteria peligrosa, puede volverse peligrosa cuando un paciente ya está debilitado por otras enfermedades. Durante las Conversaciones de Bonn del 11 de abril, salió un documental5[5] muy alarmante en la televisión pública de Holanda. En Holanda viven 16 millones de holandeses, más 2 millones de ovejas, 4 millones de bóvidos, 12 millones de puercos y 97 (¡!) millones de pollos. Por tanta densidad de ganadería y avicultura industrial, existe un riesgo alto de epidemias veterinarias, entonces se usa muchos antibióticos. Pero, recién se desprendió que el 15% de la carne de res y de cerdo y casi el 90% de la carne de pollo que se vende está contaminada por la ESBL. El 6%–7% de los pacientes en los hospitales holandeses ya están infectados con la ESBL.

En 2007 se estimó que unos 100 pacientes fallecieron por la ESBL en hospitales holandeses. Y no está limitado a Holanda: en este año se estimó que fallecieron unos 8000 pacientes por la ESBL en todos los hospitales europeos.

El uso de los antibióticos en la ganadería y avicultura industrial se volvió un peligro tremendo de la sanidad pública. Los Ministros de Agricultura y de Sanidad Pública de Holanda no quisieron responder ante las cámaras de ZEMBLA por miedo a un escándalo público, mientras que médicos de toda Europa debatieron sobre los peligros del ESBL en su ECCMID‐conferencia del 10–13 de Abril 2010 en Viena, Austria.

Riesgos en Bolivia

Mientras en Bolivia los pollos que se compran en el mercado ya no se crían en los patios de los campesinos tampoco. Más bien los agroindustriales bolivianos copian las prácticas malas de los países desarrollados a ojos cerrados, como es su costumbre en general. Hoy día los pollos bolivianos son criados en las grandes granjas de la agroindustria también, con antibióticos para evitar las epidemias y con hormonas para acelerar el crecimiento. Los agroindustriales saben cómo aprovechar de esos agroquímicos. Pero falta el control de la agroindustria en Bolivia, porque falta la consciencia pública y social, falta la capacidad y el poder político para exigir el control y falta el conocimiento y la habilidad veterinaria estatal para implementar el control.

¿Y la Ética?

Más allá de la controversia sobre la salud humana ante las hormonas y otros agroquímicos, existen dificultades éticas y morales también. ¿Si no estamos seguros que el uso de hormonas y otros agroquímicos no afectan a nuestra salud y la salud de nuestros hijos, qué derecho tenemos de apostar por ella? ¿Qué es más importante: ganar la mayor cantidad de plata posible, o preservar la salud de nuestra Madre Tierra y de nosotros mismos?


[1] Para los cuales que saben leer inglés, aquí se puede encontrar el resumen del estudio, publicado por la Universidad de Oxford de Gran Bretaña: http://humrep.oxfordjournals.org/cgi/reprint/17/6/1437

[2] Excepto las medicinas para superar una enfermedad. En este caso el resultado puede ser muy favorable.

[3] Los estrógenos forman una clase de hormonas femeninas que pertenecen al grupo de hormonas esteroides.

[4] Los siguientes resúmenes (en inglés) de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York describen los ejemplos:

http://envirocancer.cornell.edu/FactSheet/General/fs10.estrogen.cfm

http://envirocancer.cornell.edu/Factsheet/Diet/fs37.hormones.cfm

[5] “Alarma de Antibióticos” del programa ZEMBLA de la VARA. La VARA es una sociedad de radio y televisión pública y progresista desde 1925. Su programa ZEMBLA es un programa de periodismo investigador reconocido.

Hans Zandvliet es ingeniero civil de Holanda desde 1987. Trabajó siete años en los proyectos rurales de saneamiento básico de Bolivia. Hace un año vive en Nueva York, estudiando los efectos medioambientales por el cambio climático.


Fuente: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2010050901

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